¡Tú!
Que tienes este libro en tus manos, léeme: ¿Crees poseer la sabiduría en este instante, para comprenderme?
¿Crees poder ver en tu mente, un reflejo de lo que yo veo en mis pensamientos? ¿Crees en ti? ¿En mi?
Ahora:
La balanza necesita de dos extremos, siempre. El miedo paraliza, y la inercia es una fuerza bruta que tiende a arrastrar a los cuerpos detenidos. Mejor ser ágil, y sumarse a ésta,
la fuerza del movimiento.
Así, no hay por qué temer y ya no existe impedimento ni enemigo. Esto que digo, es verbo.
Nuestras creencias, en acción se transforman, por medio de la voluntad.
Creo en vos, porque creo en mi.
Creo en tus palabras, porque creo en las mías.
Por eso creo este libro, y en él creo.
Espero que tú, que en este momento me posees, creas en el tuyo,
así yo también podré:
.quererte, por lo tanto
.creerte, y luego
.poseerte
… solo, por el breve instante en que me has leído.
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poesia,
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