Siete son, muchos más serán.
Arcaicas y remotas las eras
recuerdan arcanos de existencia
al antepasado, hay que respetar.
Siete por siempre, luego el final
el cetro y la espada, no es mas
que un recurso mundano y en vano
el etéreo ríe, representa el mal.
Creada la luz, la sombra también
llega con el astro, sublime
es uno, son miles,
todos son, si el humano vive,
también vive dios.
Los cuatro elementos,
primordiales respetan la naturaleza,
y los metales ¿esencia inerte?
desconocida
mas muerto creían,
mas vida tenia.
Eones mas tarde,
llegan de nuevo
crean al verbo,
y así lo animan.
Dinámica presencia irradia
un ser silente y sin alma.
Siete por siempre, dos van
tiende el mar a respetar
a la luna, y lo hace ley
así también, el peón y SU rey.
Mal usada la ciencia es hereje,
así la sabiduría, es locura.
Si la esfera vence su eje
la enseñanza, no perdura.
Los escritos aparecen luego
y ante nuestros ojos el velo
de una civilización capaz de mutar
el suelo en vuelo.
Sellado el sello, cantado el canto
tres se extinguen, bajo el manto
solo sobreviven,
los que anhelan y se adaptan,
al gran cambio.
El tetragrama se hace vigente,
el tetragramatón se invierte.
Deja a los presentes, símbolo inerte,
son cuatro ahora, los que entienden.
Siete por siempre, luego el final
llegan de lejos, para contemplar
cómo la esencia se endurece
y prevalece solo el material.
El cinco es diluyente, es potente
funde en ardor y mezcla los sentidos
deriva en el seis, era de mente.
Luego uno mas, es evolucionar
el séptimo sello es la paz
luego de él hay mucho mas.
Siete por siempre, y vuelve a empezar.