zymbolo

Y ahora vuelvo, debo seguir, estoy enamorado ¡sí! 
Pero ya no de una mujer, sino de miles, ya no de un hombre, sino de todos. Con semejante dolor, el cambio es abrupto, es fuerte y para siempre. Destruyo y destruyo y destruyo. Soy un demonio encadenado, pero un corazón valiente y hermoso revive en mi el fuego, y en un acto de inconsciencia, la fuerza es extrema y las cadenas destruyo. ¡AH! libre, recupero el color, brotan alas al fin: las extrañaba, las miro y lloro, y no lo puedo creer, somos uno de nuevo.
No puedo ser retenido, no puedo ser encadenado, destruyo y lastimo. Mis amarras duelen, están encarnadas, desde las costillas, desde toda la piel, desde el cuerpo consumido y el brusco tirón lastima y destruye y rompe todo a mi alcance: esa bella flor, pura que sabía calmarme, yo la lleno de fuego, la marchito, pero se que estará bien, es natural y resurge, la amo, es una flor pura y yo admiro la pureza.
¡Ahora sí! la piel renace, vuelvo a vagar, por la tierra y soy tierra, y el cielo ya no me juzga, ya no me juzga. Arriba puedo ver, y es tan hermoso, no espero una respuesta de las estrellas: las estrellas no hablan, pero yo las comprendo. 

Y eso es todo lo que quiero, eso es todo.

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