Pero entonces, un leve sonido me mostró la belleza inesperada que se encuentra en el asombro. Sonaron dos flautas, aún lejos del alba. Una figura bailaba. “Lo cubre el cuero negro. El cielo es, negro El lecho es, negro. La vida es, azul como el mirlo. Y la vista, siempre se nubla… Cuando su cuero ruge, paso tras paso.” Se acercó a mi, en lenta danza de
Y un poco más al norte de mi intuición, me encontré con la sabiduría de los árboles: “Los bosques, de luna plateada, de festines entre sus ramas. De sortilegios, e invocaciones. De tranquilos claros abiertos, de prados azules. De doncellas envueltas en túnicas de resplandor. Lagunas de cielos reflectados ¡Rituales, asperezas, antiguos cánticos! Y las procesiones
Estoy programado, por mi y por los demás. Estoy hecho de símbolos. A veces mi sistema simbológico (lenguaje interno) se traba (por miedos, eventos inesperados, etc) y necesito una re programación (por medio de la voluntad, la disconformidad, re definir, escribir, hablar, componer, etc). Luego viene el momento del "click", en que los símbolos internos ya re
Tenés ese aroma tan frío tenés esa decisión tan extraña tenés esa belleza tan alegre tenés ese solvento tan ágrio tenés ese amor tan evasivo tenés esa voluntad tan efímera tenés esa abstracción tan desperdiciada tenés esa función tan predominante tenés ese carácater tan hablado tenés esa estación tan desfasada. Tenés esa profundidad tan sencilla. Esas facciones tan clavadas esas