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Mientras se sucede el espectáculo, el falso acontecer, la realidad preseteada en el Karnaval Pantomyma, hay otros personajes diferentes un tanto más allá: los faunos, los demonios, las brujas, y las estrellas se ven entre los árboles, a lo lejos. Son una procesión, van hacia algún lugar.

¿Por qué no los seguimos?

Hay artistas, hay programadores, hay espías y estrategas, hay risas y alegría. Hay revuelta.
Hay código, y aquí no entra cualquiera. Ésta es una zona invisible al ojo de la gran farsa sistemática.

Son silenciosos, pero estridentes. Son invisibles, pero reales. Son caóticos, pero organizados.

No dejan rastro. No están nunca en un mismo lugar. No permanecen, pero son eternos.

Un fauno armado de fluidos. Una bruja ríe con un sonido nunca antes escuchado. Las serpientes se enroscan de placer. Los espectros destellan. Todos cantan:

"Para la fiesta, los días robados. Para la fiesta, la revuelta."

¿Qué harían los cerdos capitalistas aquí?¿A quién sacrificarían?
¿Qué dirían los señores del parloteo?¿Y cómo difamarían ésto las pantallas amarillas?

Pero antes que nada, ¿cómo los atraparían?

Las redes, entretejen.
Los nodos, ubican.
Los flujos, detectan.
Los centros, descentralizan.

El Karnaval Pantomyma tiene zonas ocultas, y éstas no dependen.


PARTE IV